REFLEXIONES DE UN COMPAÑERO

130 DÍAS DE ENCIERRO

La Historia del ser humano está plagada de luchas desiguales. Algunas mitológicas como la que narra la victoria de David contra el filisteo Goliat. Otras, igualmente lejanas para nosotros ,como aquella que nos habla del valor de los espartanos al enfrentarse al ejercito Persa, ostensiblemente más numeroso. A pesar de la derrota de los espartanos en la batalla de las Termópilas, Los Persas terminaron siendo derrotados tanto en la batalla de Salamina como en la de Platea, que puso fin a su invasión. A lo largo de la historia, la batalla de las Termópilas ha sido ejemplo del poder que ejercen las convicciones justas sobre un pequeño grupo de combatientes, y la importancia de una preparación esmerada y rigurosa, para la consecución de los fines deseados. 

Tras ciento treinta días de encierro en el salón de actos del Hospital el Henares, se pone punto y final a esta forma de protesta. Una más de las formas de movilización contra el plan para la privatización de la Sanidad Pública. Una más, sí, pero no una cualquiera. Fue la primera medida, tomada al finalizar la primera asamblea, tras conocerse las intenciones de la consejería de sanidad. Fue, además, centro logístico y de operaciones, residencia ocasional, oficina permanente y centro de referencia para despistados y medios de comunicación. Sala de exposiciones, taller gráfico, guardería, confesionario y despensa. Se han celebrado reuniones, asambleas y ,por qué no, hasta fiestas. Ha sido portal de Belén para quienes decidimos celebrar aquí la Navidad. Nos vio despedir el año 2012 y saludar ilusionados al 2013, y aunque los Reyes Magos pasaron de largo, no ha faltado quien entregue al encierro, a modo de presente, su cariño, su apoyo y su tiempo. 

Sus cuatro paredes han sido también espacio solidario para la recogida de alimentos y juguetes y casa de acogida para desahuciados de otros centros. Paciente mientras se han fraguado manifestaciones, concentraciones, abrazos, marchas moteras, ciclistas, y actos lúdicos. Como escaparate de nuestra movilización ha tenido que engalanarse para recibir a la prensa, la radio y la televisión. Ha sido testigo mudo de innumerables esfuerzos y sacrificios, de muchas risas y no pocas lágrimas, de la forja de nuevas amistades y, como en la vida misma, algunas enemistades. Ha sido también testigo orgulloso de nuestras primeras muestras de unidad, de nuestras primeras batallas ganadas a golpe de palabra frente a quien vino hasta aquí para violar nuestra inteligencia. 

No fue el primero de entre sus hermanos, pero ha tenido que ver con dolor como todos y cada uno de ellos fueron perdiendo el aliento hasta su final. Querido, apoyado, consentido, criticado, cuestionado, abandonado...pero siempre firme en sus fundamentos. Hoy, quien se ha servido de el para expresar su rechazo a la privatización de la Sanidad Pública, no puede más que sentir una inmensa satisfacción por el trabajo realizado y por los compañer@ros de travesía.

Esta es una lucha desigual. Solo espero que, como en la batalla de las Termópilas, el encierro siente las bases de futuras, contundentes y definitivas victorias sobre quienes pretenden aniquilar un Servicio Público solidario, equitativo y esencial, amparados en la traición y el ejercicio del despotismo. 

Jesús Díaz
Fisioterapeuta.